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Cuando llueve no me ducho con la misma gracia. Sé que al salir a la calle todas mis intenciones premeditadas se iran a la mierda, entonces una ya no se ilusiona con el peinado.
Es que las emociones matinales son diferentes. El placer que produce tomarse un café escuchando "Last Nite" de The Strokes a las 9 de la mañana no se produce en ningún otro momento del día. Pero si llueve no es lo mismo. Y menos si llueve en Mayo. PRIMAVERAPORFAVORNONOSHAGASESTO.
De todas maneras lo matinal es diferente. El agua que cae y empapa todo el cuerpo de un nuevo día. De hecho cada día lo recorre de un modo diferente. Cada día es un mundo, y cada día necesitamos regular nuestros grifos a una temperatura diferente, según el estado de ánimo. La ducha es un momento especial, de soledad, de amor a nuestro cuerpo. Y cada mañana necesitamos una para darnos cuenta de que la noche es una solapa entre página y página. Y que hay que seguir adelante.
Pero hoy llueve. Joder.